¡Las hormonas! A cualquier edad y en cualquier circunstancia, pero especialmente durante la pubertad, el embarazo y luego en el largo y arduo camino hacia la menopausia, pueden hacernos pasar un mal rato y causarnos algunas molestias. Por eso debemos estar atentas, agradecer todo lo que nuestras hormonas hacen por nosotras y hacer todo lo posible por mantenerlas contentas (aceptando las fluctuaciones).
Producidas por las glándulas que componen nuestro sistema endocrino, las hormonas son sustancias químicas que circulan por el torrente sanguíneo. Y son realmente importantes, porque coordinan diversas funciones de nuestro cuerpo, dando señales y órdenes a órganos, músculos y tejidos. Las hormonas son responsables de equilibrar los ciclos menstruales y la capacidad fértil (por eso la regularidad y las características de nuestro ciclo menstrual son tan importantes para entender cómo están nuestras hormonas), y tienen un impacto importante en la regulación del sueño y el estado de ánimo, el control de la inflamación en el cuerpo, la regulación del estrés, el peso, la salud de nuestra piel, cabello y uñas, e incluso el buen funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular.
Sí, son muchas, pero es natural si tenemos en cuenta que tenemos alrededor de 50 hormonas diferentes en nuestro cuerpo. Los niveles hormonales, por supuesto, no son constantes. Al igual que circulan por nuestro cuerpo, las hormonas fluctúan. Puede haber una oscilación natural (como en el ciclo menstrual y sus diferentes fases), pero también puede haber un desequilibrio hormonal, que surge cuando producimos demasiadas o muy pocas hormonas. De eso vamos a hablar.
10 signos de desequilibrio hormonal
Como hemos visto, los niveles hormonales fluctúan de forma natural y también pueden verse afectados por el estilo de vida (lo que comemos, cómo dormimos, la actividad física y los niveles de estrés a los que nos exponemos, por ejemplo) y por ciertas afecciones médicas. Y aunque no las veamos, como circulan por todo nuestro cuerpo, las hormonas nos envían señales de que puede haber un desequilibrio que hay que ajustar.
Estos son algunos síntomas bastante comunes que pueden indicar que tus hormonas necesitan un poco de mimo.
1. Cambios de humor
El estrógeno, la hormona sexual femenina, tiene un efecto sobre los neurotransmisores del cerebro, incluida la serotonina (la sustancia química responsable del buen humor). Las fluctuaciones de estrógenos pueden provocar la irritabilidad e hipersensibilidad características del síndrome premenstrual (SPM) o incluso la depresión que suele aparecer durante la perimenopausia (la fase anterior a la menopausia, cuando la mujer deja de tener la regla durante 12 meses seguidos).
2. Menstruaciones abundantes o dolorosas
Los desequilibrios en los niveles de estrógenos también pueden estar relacionados con el flujo menstrual abundante y el dolor durante la menstruación. Hay que entender la causa y valorar si se trata de otro problema en el útero.
3. Pérdida de libido
Muy común durante la perimenopausia y la menopausia, debido al descenso de los niveles de estrógenos y testosterona (sí, las mujeres también los tienen), la pérdida de libido sigue siendo tabú para muchas mujeres. Puede revelar un desequilibrio hormonal.
4. Insomnio y mala calidad del sueño
La disminución progresiva de la producción de estrógenos y progesterona puede tener un impacto negativo en la calidad del sueño, especialmente durante la perimenopausia y la menopausia. La disminución de los niveles de estrógenos también puede contribuir a la aparición de sudores nocturnos que alteran el sueño y contribuyen a la fatiga y la falta de energía.
5. Aumento de peso
El aumento de peso suele estar relacionado con problemas hormonales (como el hipotiroidismo, en el que la glándula tiroides no produce suficientes hormonas, lo que repercute en nuestro metabolismo). Durante la menopausia, los cambios hormonales pueden aumentar la probabilidad de ganar peso alrededor del abdomen, creando la "barriga de la menopausia".
6. Problemas de piel y cabello
Las hormonas influyen en la salud de la piel, el cabello y las uñas. Por ejemplo, el acné crónico en mujeres adultas puede ser un signo de niveles bajos de estrógenos y progesterona. Los desequilibrios hormonales durante el embarazo pueden causar melasma, o picor en la piel, y durante la menopausia, muchas mujeres sufren sequedad cutánea.
7. Problemas de fertilidad
Unos niveles elevados de la hormona foliculoestimulante (FSH) pueden reducir las posibilidades de quedarse embarazada, mientras que unos niveles bajos de la hormona luteinizante (LH), que estimula a los ovarios para que liberen un óvulo y empiecen a producir progesterona, también pueden causar problemas de fertilidad.
8. Dolores de cabeza
Antes, durante e inmediatamente después de la regla. Muchas mujeres sufren dolores de cabeza debido a cambios o desequilibrios hormonales durante el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia.
9. Problemas óseos
El descenso de los niveles de estrógenos durante la perimenopausia y la menopausia puede provocar pérdida de masa ósea. En los casos más graves, puede llegar a provocar osteoporosis. Por eso es importante hacer ejercicio para fortalecer los músculos y seguir una dieta equilibrada rica en calcio y vitamina D para proteger los huesos.
10. Sequedad vaginal
De nuevo, el descenso de los niveles de estrógenos, especialmente durante la perimenopausia y la menopausia, causa estragos, provocando sequedad vaginal.
Cómo restablecer el equilibrio
Ahora que sabemos todo lo que las hormonas pueden hacer para estropear y alterar nuestras vidas, pasemos a la parte buena: todo lo que podemos hacer para restablecer el equilibrio y mantener nuestras hormonas tranquilas y bien. Afortunadamente, hay muchas formas de ayudar a nuestro cuerpo a restablecer la paz en lo que se refiere a las hormonas, utilizando el poder de las plantas y de forma totalmente natural.
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